Si bien con el cambio de estación es ideal adaptar las rutinas de cuidado de la piel al nuevo clima, no es necesario que dejes de utilizar tus activos favoritos en distintas épocas del año. ¿Cómo incorporarlos? ¿Qué precauciones debo tener? En esta nota te contamos todo lo que tenés que saber alrededor del uso de la vitamina C y el ácido glicólico en verano.
Vitamina C y el sol
Seguro escuchaste hablar en múltiples ocasiones que la vitamina C es un producto que no puede ver la luz del sol. “¡Provoca manchas!” es la frase más difundida. Esto es un mito.
En realidad, la Vitamina C, también conocida como Ácido L-ascórbico, es un activo fotosensible ideal para utilizar en verano porque no mancha la piel, sino todo lo contrario: ayudará a evitar la hiperpigmentación.
Además, es un potente antioxidante que protege y brinda luminosidad a la piel. Se caracteriza por su acción contra los radicales libres, como los rayos ultravioleta, lo que hace de la Vitamina C un excelente activo para utilizar durante el día y prevenir el envejecimiento prematuro.
Sin embargo, la utilización de Vitamina C no reemplaza al uso del protector solar, un paso fundamental que no podés saltearte en el uso de este activo. Elegí un protector solar que sea de amplio espectro, FPS 50 o más, y utilizalo todos los días replicando regularmente.
Uso de Ácido Glicólico en verano
El ácido glicólico es un alfrahidroxiácido que se utiliza exclusivamente por la noche. La exposición solar durante el uso de este activo puede provocar manchas, irritación o quemaduras. Sin embargo, no es necesario abandonar su aplicación durante el verano si tomás ciertas precauciones durante el día.
Dos cosas fundamentales que debes tener en cuenta:
Protección solar. Es importante que sea de amplio espectro, FPS 50 o más, y utilizarlo todos los días replicando regularmente.
Evitá la exposición directa. Al estar en tratamiento con este activo te recomendamos evitar la exposición solar directa, complementando con protección física como gorro o sombrero además del protector solar.
Si vas a exponerte al sol, suspendé su uso. Recordá que el ácido glicólico tiene efecto exfoliante y la piel puede ser más propensa a sufrir quemaduras por el sol, manchas y otras reacciones adversas.
Si es la primera vez que utilizás ácido glicólico, debes hacerlo gradualmente y teniendo en cuenta que tu piel puede sensibilizarse levemente. En este caso, es ideal comenzar durante el invierno donde la exposición solar directa es menos frecuente.
En el caso de que no quieras suspender su uso, podés disminuir la frecuencia de aplicación con el acompañamiento de las recomendaciones anteriores y el seguimiento de tu médico dermatólogo.
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