El poder de la Vitamina C

La Vitamina C, también conocida como ácido L-ascórbico, es un nutriente esencial para el normal funcionamiento del cuerpo. Entre sus múltiples mecanismos de acción, la Vitamina C actúa como un potente antioxidante al proteger las células contra los daños causados por los radicales libres.

Utilizada de manera tópica, la Vitamina C comparte este mecanismo de acción: actúa protegiendo la piel del daño causado por el estrés oxidativo, que es provocado por múltiples factores a los que estamos expuestos a diario, como la contaminación, la polución y la exposición a los rayos ultravioleta. El estrés oxidativo se manifiesta en la piel con manchas, arrugas, y con falta de luminosidad, signos del envejecimiento prematuro.

¿Qué beneficios tiene la Vitamina C para la piel?

Además de su efecto antioxidante, utilizar Vitamina C tiene múltiples beneficios para la piel:

• Estimula la producción de colágeno y elastina: El colágeno es una sustancia natural que aporta elasticidad y firmeza, pero su presencia en el cuerpo comienza a decrecer a partir de los 25 años. La Vitamina C actúa estimulando su producción, contribuyendo a mejorar la firmeza y textura de la piel.
• Unifica el tono de la piel: La vitamina C ayuda a reducir la hiperpigmentación y las manchas oscuras, causadas por el sol, el acné o el envejecimiento. Al inhibir la producción de melanina, contribuye a un tono de piel más uniforme y luminoso. Es decir, no sólo ayuda a disminuir las manchas, sino que también evita su aparición.